lunes, 19 de septiembre de 2016

Nueve años después: mi tesis de filosofía

Un modesto trabajo en equipo (saludos a mi compañero José Antonio) cuya vigencia es directamente proporcional al tema que tratamos (gracias también al profe Gonzalo León). A continuación el resumen:

Partiendo del análisis de Ludovico Silva de la alienación como tema constante en la obra de Marx, hacemos una lectura crítica de los Grundrisse, una obra escrita hace 150 años donde Marx extrapola sus tesis hacia el futuro. El capitalismo aparece cumpliendo una misión histórica: la de crear un todopoderoso sistema de producción material por medio de la explotación del excedente del tiempo de trabajo. Marx predice que el progreso incontenible de este sistema de producción terminará por independizarlo del trabajo humano directo y hacerlo autosuficiente, dependiente sólo de los avances tecnológicos que él mismo produce. En consecuencia, el tiempo libre, antes privilegio de la clase propietaria, empezará a generalizarse a toda la sociedad. Desde los 1980, la explosión de la tecnología ha revolucionado profundamente el sistema de producción, confirmando la predicción de Marx. Los medios de información y comunicación, la máxima expresión de esta revolución, son al mismo tiempo la mayor fuente de alienación del tiempo libre y la herramienta con mayor potencial para superar las barreras impuestas por el propio capital contra el nacimiento de una nueva Sociedad del Conocimiento. El peor enemigo del desarrollo universal y libre del individuo humano y el último reducto del capitalismo depredador y del totalitarismo político es la llamada “propiedad intelectual” de los avances tecnológicos. Pero dentro del mismo mundo de la tecnología existe una tendencia que busca la universalización del conocimiento y su liberación de las barreras que imponen las grandes corporaciones y los gobiernos. Estos nuevos trabajadores que se desplazan libremente por un mundo virtual corresponden a la visión de Marx de los trabajadores del futuro.

La alienación del tiempo libre cabalgando sobre la lectura de Ludovico Silva y los Grundrisse de Carlos Marx.


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