sábado, 1 de febrero de 2020

Devaneos de un tarajayo muérgano

Saludos en este febrero de año bisiesto. Como mis cuatro gatos lectores habrán adivinado, el título de esta entrada revela que quiero mostrar algunos de mis nuevos trabajos de fotografía digital. Mi intención es hacer una exposición de mis producciones de los últimos años en algún rincón en la sede de UNEARTE en Caño Amarillo, pero hasta ahora no he tenido suerte... se han presentado situaciones inesperadas que lo han impedido. Por cierto, pienso exponer las fotos no en papel, sino en un medio eléctrico o electrónico (aunque sea un televisor "culón"), más apropiado a su naturaleza digital y a las limitaciones de mi bolsillo.

 
Monumento a Crespo desde el Noroeste
La primera vez que expuse fue en el Metro de Chacaíto. El tema era el Cementerio General del Sur, donde estuve tomado fotos por años. La exposición se llamaba "Héroes, Tumbas y Santos". La imagen de ese niño dándole la espalda al mausoleo de Joaquín Crespo es emblemática de esos tiempos. Todavía estábamos en la era analógica. Después de eso, empecé a tomar fotos de larga exposición en las noches de Caracas. En mi archivo conservo muchas de esas imágenes.

Bululú (1995)
Quise exponer esos trabajos bajo el título "Noches Húmedas y Secas", pero al final nunca lo hice. Después llegó lentamente la nueva era digital. Tras un período de adaptación y aprendizaje, creo que finalmente estoy haciendo cosas interesantes (al menos a mí me interesan). Aquí abajo superpongo imágenes capturadas de videos de dos películas, una de Fritz Lang y otra de Orson Welles.

Chanchos azules
Después de hacer un montón de superposiciones, descubrí otras herramientas de edición digital. A esa nueva etapa la denomino "De la distorsión a la clonación a la abstracción". Lo que hago no tiene que ver realmente con el diseño gráfico ni con la publicidad. Más bien busco crear un mundo de imágenes generado por mi capacidad de asombro.

Sugiriendo
Como no tengo actualmente cámara, uso mi archivo fotográfico digitalizado y recupero y re-interpreto algunas viejas imágenes obsesivas. El espectador es libre para entenderlas a su manera.

Eones o la carne de mi padre
Sólo yo sé realmente de dónde salieron esas imágenes. Eso les da un cierto aire de misterio. Cada quien ve en ellas lo que su propia relación ojo-mente-memoria le dicta.

Ñúquiti
Y luego las vuelvo a mirar, hasta que veo algo (uno mira hasta que por fin ve). Las distorsiono y las des-distorsiono y dejo en ellas el invalorable tiempo de mi ocio sagrado.

El ñame de Apurrú
Espero que muy pronto pueda hacer la exposición. Incluirá unas 70 imágenes recientes. Creo que la titularé "Nada es Trivial: El Ocio Sagrado de un Fotógrafo sin Cámara". Pendientes, mis cuatro felinos.





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