miércoles, 14 de agosto de 2019

Mascalzone: el ocio te hará libre

Estoy ocioso por primera vez en varios días. Il dolce far niente. Entonces me dedico a hacer lo que me dé la gana. Como ver películas. Estaba viendo el final de Samsara, la continuación de Baraka, esa maravilla de Ron Fricke. Cuando terminó, como había visto hace unos días una película muy interesante llamada El Payaso de Hitler, decidí volver a ver I Clowns, de Fellini. El documental de un sueño o el sueño de un documental, como dijo el propio Federico. Veamos la primera foto que quiero mostrarles, que tiene que ver con payasos:

Clowns Full Stage
Si no tengo nada que hacer puedo tomar mi cámara y caminar por las callejuelas del centro de Caracas. Ciudad que se olvida de sí misma y que cada vez se parece más a La Habana, pero a la parte descuidada de La Habana. Mi zona favorita es de Santa Teresa hacia abajo hasta llegar a Puente Hierro. Consideren este zoom-in:

Clowns
Caminando por esas calles se consiguen texturas y casos y cosas sorprendentes. Basta con tener tiempo libre y una pequeña cámara (no recomiendo llevar un camarón que pueda tentar a alguien a salir de su miseria robándole un camarón a algún sifrino esteticista). Por la misma zona encontré esta imagen que me conmovió, no sé bien por qué.

El misterio de la ciudad
Bueno, lo importante es el ocio. No tener nada que hacer en el sentido de la supervivencia. Tener la barriga llena y ninguna responsabilidad. El arte es ocio, todo lo demás es negocio. Ludovico Silva, bebo a tu salud.

Manchas ociosas

Después puedes ir a tu casa y jugar ociosamente con el Fotoshop. Las cosas que se pueden hacer. Hay diez mil herramientas, yo conozco sólo unas veinte (si acaso). Pero para mí mismo consigo cosas como ésta. Que tal vez signifiquen algo para alguien, pero para mí son productos del ocio, del goce de mi tiempo libre. Que me permite descubrir el misterio, algún misterio, porque nada es trivial.

Culto cultorum
El Hospital Vargas y sus alrededores son de las locaciones más hermosas que existen en el mundo. Si hay fantasmas, seguramente los de José Gregorio y Rafael Rangel se pasean libremente por ahí. Y si el ocio lo permite, puedes tomar el metro y bajarte en el Valle, otro lugar alucinante. En las barriadas populares es donde está la belleza de la realidad, con el maquillaje corrido.

El hombre que ríe
Lo importante es no dejarse absorber por la necesidad imaginaria de hacer "algo útil". Cuando estaba nuevo en la escuela de Filosofía me preguntaron porque me había puesto a estudiar eso. Respondí: "Yo antes trabajaba, pero me botaron del trabajo, y decidí ponerme a hacer algo completamente inútil".

El queso blanco
Ciertamente el queso blanco y el cartón de huevos son los grandes marcadores de la economía venezolana contemporánea. Se dice que con el precio de un huevo puedes comprar no se cuántos miles de galones de gasolina. Necesitarías una flota de camiones para transportar tanta gasolina. Eso es una completa locura. Que no me digan entonces que el mundo es serio. Todo es una broma macabra, una estafa. De la cual no quiero ser cómplice. Ni el pendejo que sale a la calle ni el vivo que se lo consigue.

Perpleja
De vez en cuando puedes obtener un retrato importante de una persona muy querida. En general la gente no se deja retratar, se ponen agresivos. Hay que tener una cierta magia, un don de gente del que yo carezco. Por eso prefiero tomar fotos de cosas. Gracias a mi culto a la ociosidad fui al Museo Cruz Diez pocos días antes de que el maestro muriera y tomé esa foto ahí. En la cámara de cromosaturación, creo que se llama.

In Otio Veritas


La verdad del ocio
Después puedo ir a casa y distorsionar, deconstruir, doblar y desdoblar. El ocio es sagrado. Quisiera dedicar esta entrada de mi blog a Manuela Gil. Sin más comentarios. Memento mori. Ojalá hubiera aprendido más latín. Mi profesor de latín prefería vender Tupperwares.

Selfie desdoblado

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