sábado, 7 de diciembre de 2019

Ñeñe-ku-ñeke (ñuñe-ken-jarro)

Fondo de ojo de voyeur
 ¿Qué significa ese título? Es un pequeño secreto mío, un tanto vergonzante, que prefiero que siga siendo secreto. Como siempre que publico mis trabajos de fotografía editada digitalmente, me gusta poner un título enigmático para llamar la atención de los cuatro gatos que me leen.

Con tal de no ver TV
Esta imagen (que ya tiene unos añitos) consigue lo que yo busco, que es asombrarme a mí mismo. ¿Que por qué no publico en Instagram? Porque aborrezco las redes sociales. ¿Por qué? Porque todo el mundo habla de ellas, convencidos de que es lo máximo que hay en el mundo, pero en realidad son una trampa cazabobos. Me parece que detrás de ellas hay la intención de homogeneizar y controlar a los incautos que siguen lo primero que se pone de moda. No comparto plenamente las conspiranoias del movimiento anti-tecnología, pero sus argumentos están ahí. También odio los teléfonos llamados "inteligentes", esas láminas diseñadas para caerse y quebrarse y que nadie se atreve a sacar en la calle para que no se las roben. En mi opinión el celular mejor diseñado sigue siendo aquel Motorola inspirado en las cajitas con tapa que integraban comunicadores y armas láser usados por los tripulantes del Star Trek original (aquel de finales de los sesenta).

El ojo del dinosaurio
Quiero que mis últimos trabajos estén en la "nube", pero no en las redes sociales, esas cloacas llenas de chismes, insultos y frivolidades. Disfrútenlos, mis cuatro fieles gatos lectores.

Algunos personajes coloridos
Se me dañó la batería de la cámara, y un teléfono que me habían prestado se me cayó y se inutilizó su touch-screen. Es decir, soy un fotógrafo sin cámara. Con la edición digital, sin embargo, aprovecho mi archivo fotográfico para hacer estos pseudo-collages.

Maraña pa ti
Apropiándome de unos videos, obtuve estas imágenes que me recordaron una etapa de mi adolescencia durante la cual me apasioné por el voyeurismo. Era, como decía Rabelais, un libidinosuelo rústico, paralizado en el fondo por la timidez.

Reve du voyeur
Qué tiempos aquellos... lo digo sin nostalgia. Sigo siendo un inmaduro. Pero es que después de la madurez sólo queda la podredumbre. Mejor es permanecer en estado "pintón". A riesgo de que me llamen "viejo verde".

Voyeur deconstruido
Y para terminar, las manos. "Tengo una gran torpeza manual, y lo deploro". Y también: "La mano que escribe vale igual que la mano que ara. ¡Qué siglo de manos! Yo nunca tendré mano. Después, la domesticidad lleva demasiado lejos".

Quirurgia
Hasta la vista. Nos vemos en el café Els Quatre Gats. O en Armando el Cafetín, allá en Caño Amarillo, donde pronto tendremos el Bar del Mono Pancho.

Personajes en ocre y rojo


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