domingo, 1 de marzo de 2020

No es lo mismo amuñuñarse que escuañangarse

Este libro fue publicado clandestinamente hace muchísimos años ya. Como diría Cervantes, no hay un libro tan malo que no tenga algo bueno. Yo digo que su mayor pecado fue hacer algunas promesas que no cumplió, como la escritura automática, inspirada en la improvisación en el jazz. Pero tiene una parte rescatable, que mucha gente (de los poquísimos que lo han leído) no entiende, y es la parte donde sólo aparecen los títulos de los (supuestos) poemas.

Traducción algo imperfecta de las primeras notas de Bill Evans en el álbum Kind Of Blue
Quizás el autor tuvo demasiada confianza en el poder evocador de la palabra: el lector estaba obligado a hacer su propio poema (en su mente o en su espíritu) apoyándose únicamente en el título. Quizás es una forma de pereza (en vez de escribir el libro, escribo solamente el título... que fácil). En todo caso, el título de una (supuesta) obra de arte tiene una enorme importancia que nunca debe subestimarse. Es el primer encuentro del espectador con la obra. De hecho, es una obra en sí misma.

Apurrú-Ñame
En fin, aprovecho la ocasión para publicar estos trabajos de edición digital que quisiera compartir con mis selectísimos lectores. Sus títulos están inspirados en los de las viejas Ballenas Epilépticas. No sé si significan algo, pero cualquier obra que aspire a ser de arte debe dejarle al espectador la tarea de darle el significado que éste quiera.

El Ñame de Apurrú
Aunque siempre digo que la fotografía digital es un medio diferente a la tradicional o analógica que se imprime sobre papel, creo que estas fotos alteradas se verían buenísimas copiadas en un buen papel fotográfico, o "plata sobre gelatina", como dicen los fotógrafos.

Moñoño
Las sugerencias son eróticas, sin duda, pero la lectura y los detalles, insisto, dependen del espectador como individuo.

Ñandú Ñángara
Los contrastes y las texturas me hacen pensar incluso en el claroscuro que se logra en el grabado sobre metal.

Ñoquis a la Ñaña
También siento una cualidad onírica y una especie de llamado lejano de la adolescencia y de la infancia, de una inocencia perdida y recuperada y vuelta a perder y a recuperar...

Dame una Ñinga, Ñato
Hoy es un día peculiar, realmente un 30 de febrero de un año capicúa, y yo presento mis propias rarezas para mis raros lectores y veedores y mirones... Salud y un trago de ponsigué.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario